FELICITACION DE NAVIDAD 30 diciembre, 2011 – Publicado en: Sin categoría

Bueno queridos amigos/@s, otro año toca su fin y como ya es costumbre consolidada (conforme lo establece el art. 1.1 del Código Civil), os paso unos consejos que espero sean de (in) utilidad para vuestro quehacer diario.
Para ello me sirvo como siempre de mis respetados y amados clásicos (hoy abandonados por todos).

El gran jurista italiano PIERO CALAMANDREI, en su libro «Demasiados Abogados» (en colección Scientia Iuridica 2) ya afirmaba la siguiente
premisa: «Si se pregunta a cualquier persona de buen sentido, profana en los misterios del arte forense, cuál es, en la sociedad humana, la función de los abogados, nos responderá que el oficio del abogado consiste en hacer triunfar las pretensiones del cliente, lo cual se puede hacer vistiendo el delito con los ropajes de la inocencia (ante los jueces penales), o embrollando las cosas ante los jueces civiles hasta conseguir saquear al hombre de bien.» «Y por ello hay quienes creen que los abogados no están destinados a otra cosa más que a engañar a los jueces».

Sin embargo, a nadie le escapa que (lo que debería ser) la intervención de los abogados sirve para librar al juez de una lucha contra la ignorancia y contra la mala fe, puesto que la presencia del defensor que representa o asiste a la parte, es garantía de ciencia y probidad. El abogado es, en definitiva un precioso colaborador del juez, porque labora en su lugar para recoger los materiales del litigio, traduciendo en su lenguaje técnico las fragmentarias y desligadas afirmaciones de la parte, sacando de ellas la osamenta del caso jurídico para presentarlo al juez en forma clara y precisa y en los modos procesalmente correctos; que por donde, gracias a ese abogado paciente, que en el recogimiento de su despacho desbasta, interpreta, escoge y ordena los elementos, informes proporcionados por el cliente, el juez llega a estar en condiciones de ver de golpe, sin perder tiempo, el punto vital de la controversia que esta llamado a decidir.

Entonces ¿porqué es tan importante la función de los abogados, nuestra función?. Es simple. El abogado es (y así se lo debe tratar), un elemento integrante de la organización judicial, como un órgano intermedio puesto entre el juez y la parte, en el cual el interés privado de alcanzar una sentencia favorable y el interés público de alcanzar una sentencia justa se encuentran y se concilian. Por eso su función es necesaria.

Esto obviamente contrasta con nuestro legislador hispano (spain is diferent), que día a día va excluyéndonos de los procedimientos. Y ni que decir de las aseguradoras que sólo están «para afianzar».

Dicen que la revolución francesa abolió la abogacía, pero en realidad, si logró suprimir con un decreto los privilegios corporativos, la disciplina, la moda antigua de vestir y el nombre mismo de los abogados, no supo o no quiso desterrar su función de los tribunales. La revolución francesa permitió a los litigantes comparecer por sí mismos ante los jueces y escoger como defensor a cualquier persona de su confianza, aunque estuviera desprovista de ciencia jurídica, y en consecuencia, los tribunales, libres de los antiguos abogados, se llenaron de una horde avide et crapuleuse de soi-disant défenseurs, figuras de lengua fácil y de conciencia aún mas fácil, lo cual demostró con el tiempo la necesidad du rétablissement des régles antiques. Las reglas antiguas fueron, en efecto, restablecidas en breve y los antiguos abogados llamados de nuevo.

Y a través del corto experimento se comprendió que la delicada e importante función del abogado.

Por ello, queridos amigos, debeis estar orgullosos de vuestra función, porque la abogacía es una hermosa -y muchas veces ingrata- profesión y debemos amarla y respetarla hasta que la muerte nos separe (bueno esto último en realidad creo que me lo dijeron no en el Colegio de Abogados, sino en la Iglesia).

Queridos todos FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO. Que el nuevo año que empieza os cargue de fuerzas e ilusión para poder pagar la hipoteca, la letra del coche, las pólizas de crédito, el colegio de los niños, la cuota colegial, la mutualidad, el alquiler del despacho, el teléfono y……
arhhhgggggggrrrrrr (infarto de miocardio)……

PD: Por razones legales inexplicables de protección de datos, debo protegeros, amigos míos, de vosotros mismos, así que debo enviar el correo con «copia oculta» a todos, así que no creais que sólo escribo a uno. SINO A TODOS, solo que no se puede ver en cumplimiento de la legislación vigente y a fin de evitar tentaciones de que alguno me demande.

UN FUERTE ABRAZO A TODOS/@S….. Y SED FELICES

SERGIO AMADEO GADEA

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