Prudencia notarial

Este libro trata de la prudencia notarial, hábito indispensable al buen éxito del oficio del notario.
En efecto, la complejidad de la determinación negocial del derecho exige, para su proceso conformador y su caracterización, el concurso de un jurista dotado de idóneos conocimientos jurídicos y titular de un poder público de autenticación y efectividad probatoria: esto se da cuando al pacto celebrado con la auctoritas propia del jurista se suma una suficiente fuerza publicitante, que es la específica potestas de dación de la fe pública. Ese jurista prudente, especializado, el notario románico o latino, no solo se ordena al conocimiento de normas jurídicas tanto naturales, sino que, además, también está llamado a conocer la realidad singular a la que se ajustan esas normas, incluidas las circunstancias que, casi infinitas en posibilidad, tengan relevancia para la formación del acto prudencial y que se disciernen por la experiencia jurídica.
En efecto, las determinaciones negociales del derecho solamente se destinan al ámbito de aquello que, antes de efectuarse, era contingente, por naturaleza, que se ajustara de un modo o de otro. y es de la prudencia del notario que se espera la conducción para la seguridad jurídica y lo mejor para la consecuente paz de la comunidad.

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Este libro trata de la prudencia notarial, hábito indispensable al buen éxito del oficio del notario.
En efecto, la complejidad de la determinación negocial del derecho exige, para su proceso conformador y su caracterización, el concurso de un jurista dotado de idóneos conocimientos jurídicos y titular de un poder público de autenticación y efectividad probatoria: esto se da cuando al pacto celebrado con la auctoritas propia del jurista se suma una suficiente fuerza publicitante, que es la específica potestas de dación de la fe pública. Ese jurista prudente, especializado, el notario románico o latino, no solo se ordena al conocimiento de normas jurídicas tanto naturales, sino que, además, también está llamado a conocer la realidad singular a la que se ajustan esas normas, incluidas las circunstancias que, casi infinitas en posibilidad, tengan relevancia para la formación del acto prudencial y que se disciernen por la experiencia jurídica.
En efecto, las determinaciones negociales del derecho solamente se destinan al ámbito de aquello que, antes de efectuarse, era contingente, por naturaleza, que se ajustara de un modo o de otro. y es de la prudencia del notario que se espera la conducción para la seguridad jurídica y lo mejor para la consecuente paz de la comunidad.

Indice

Prólogo
1. Introducción
2. El notario y su oficio de jurista
3. Profesión notarial
4. Determinación notarial del derecho
5. Desde la noción etimológica de prudencia
6. Del concepto real de prudencia
7. Un paréntesis sobre la unidad del intelecto del hombre
8. Necesidad del hábito prudencial
9. Adquisición y pérdida de los hábitos
10. Revisión, a modo se síntesis, de la noción de prudencia
11. Breve referencia a la sindéresis
12. Las partes (cuasi) integrales de la virtud de la prudencia
13. Nota sobre el concepto de conciencia moral
14. El discurso prudencial propio de los notarios
Bibliografía
Adenda: preámbulo a la fe pública notarial

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